Aún queda mucha solidaridad», señala Sor Esperanza, muy agradecida por la aportación de los restaurantes y la donación de una furgoneta
«Aún hay mucha solidaridad y no entiendo por qué tenemos este mundo así». De esta manera expresó ayer su agradecimiento a los hosteleros ovetenses la incombustible Sor Esperanza. La responsable de la Cocina Económica, que tras nueve años coordinando la institución solidaria está pendiente de ser trasladada a otro desempeño por su congregación, recibió con los brazos abiertos los productos aportados por bares y restaurantes para elaborar 300 menús del Desarme que fueron repartidos a mediodía entre personas necesitadas.
Florentino Menéndez, jefe de los fogones de la Cocina Económica, fue el encargado de dirigir la preparación de una jornada especial. «Llena mucho poder atender a tanta gente», explicó subrayando las características de un menú a base de garbanzos con espinacas y bacalao, callos y arroz con leche que «está muy arraigado y es muy importante para los ovetenses».
El presidente de la junta local de la patronal local hostelera, David González Codón, y el concejal de Turismo, Alfredo García Quintana, supervisaron los preparativos junto con los voluntarios y trabajadores del servicio acompañados de los directivos de la institución José García-Inés y Avelino Rancaño. «Este año tiene una importancia especial porque es el peor tanto para la hostelería como la sociedad», apuntó Codón, acerca de una donación convertida ya en tradición desde el año 2010 cuando el sector comenzó a donar el Desarme a los más necesitados de la capital asturiana.
El cofrade mayor del Desarme, Miguel Ángel de Dios, tampoco quiso perderse la cita solidaria y aprovechó para destacar la capacidad del menú para llegar a todos los asturianos. «En los últimos diez días llevamos realizando numerosos actos de promoción, pero este es especial», dijo en referencia al espíritu solidario de la iniciativa incluida en un programa cuyo acto central será el Gran Capítulo previsto para este sábado en el restaurante De Labra.
El Ayuntamiento felicitó a través de García Quintana la labor realizada tanto por Sor Esperanza y los suyos como por Otea y la Cofradía del Desarme para llegar a «tantas personas necesitadas» en unos momentos muy delicados».
La del Desarme no fue la única donación recibida ayer por la institución solidaria. El presidente de la Fundación Alimerka, Antonio Blanco, hizo entrega a Sor Esperanza de una furgoneta frigorífica a primera hora de la mañana. La nueva adquisición permitirá mejorar el transporte de alimentos hasta la sede de la calle San Vicente.
Por otro lado, los voluntarios desvelaron que están ya trabajando en un protocolo para poder reabrir el comedor de la institución, cerrado con el inicio de la pandemia. «Será necesario cuando llegue el frío», indicó el directivo Avelino Rancaño.
Fuente: La Nueva españa